miércoles, 17 de junio de 2015

En el principio...

En el principio no había nada ó aún la nada no alcanzaba a ser siquiera nada.

Pero por alguna razón que no cabe en la razón de los ateos porque aún no había razón alguna, la nada aún sin nada se auto-interpretó dando lugar al cero (0) y el cero intrínsecamente se auto-interpretó en -1 y 1 ya que -1 + 1 = 0, entonces surgieron 2 facetas de algo que ya no era la nada absoluta.
Luego, al haberse creado el problema en donde antes no existía problema alguno, surgió otro problema aún más complejo, porque con el -1, 0 y 1 se generó la geometría que supone espacio. Si hubiere sido tan solo el 1, hubiere sido un punto, pero al existir el -1 se creó una pequeña recta bidimensional que empieza a crecer exponencialmente a medida que se auto-analiza ya que del -1 al 1 existen infinidad de decimales que aparecieron allí en el mismo momento de la auto-interpretación del cero. Entonces los decimales empezaron a relacionarse entre ellos de forma que de -0.1 a 0.3 habían 0.4 decimales.

Lo realmente sorprendente fué, cuando se pudo ver que el espacio no existe en solo dos dimensiones, porque no había nada que impidiera dimensiones extra, y se pudo ver que desde el -1 al 1, viéndolo desde una tercera dimensión, se formaron otros puntos más que podemos llamar, haciendo relación ancho, alto, profundo, -1X, -1Y, -1Z y 1X, 1Y, 1Z, puntos que al relacionarse los unos con los otros forman infinitud de figuras geométricas siendo la esfera la última figura posible dentro del espacio dado.

Pero ¿Cuál es el tamaño de esa esfera? Y es allí donde empieza ese pequeño gran cosmos a hacerse realmente complejo porque si observamos más detenidamente, tomando solo una sección minúscula de espacio, digamos, un cubo de 0.004 décimas, para efectos prácticos puede pasar a ser de nuevo un 1 que en relación con otros 9 cubos de iguales proporciones forman los números naturales 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 que al relacionarse entre sí, dan como resultado toda una serie infinita de combinaciones difíciles de seguir y en ese orden de ideas, el tamaño final de la esfera es un misterio absoluto dado que dicha esfera es el tejido mismo del mundo matemático medible solo en base al punto de vista del observador.

¿Pero quién observa si no hay observador? No hace falta, ya vendrá uno.

Entonces, del mundo matemático surgió la probabilidad y la estadística, y ellos dieron origen a la existencia de cosas. Y la información se hizo energía y la energía se hizo materia.